La estructura completa se había destruido en cuestión de segundos. Costaría muchas más vidas de lo que habían pensado en un principio. Ahogamientos en su mayoría, aunque también había muchos aplastamientos o incluso aprisionamientos, éstos últimos eran los más lentos. Nadie era capaz de comprender del todo qué estaba pasando. ¿Qué clase de dios injusto era capaz de reunir tanta muerte y desolación en un sólo momento concreto? Aunque Ramón había bebido demasiado, aún tenía la puntería suficiente para mear en el hormiguero.
Por Fernando Navarro Gontán.
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