- Creo que no te he oído bien. Definitivamente no puedo haberte oído bien porque es imposible que me hayas hecho esa pregunta. Tú a mí. Y si lo he escuchado bien, deberías rezar para que no sea así, es que no sabes con quién estás hablando. Estás delante de una bestia. Yo me llevo merendando a fantoches como tú desde los quince años y todavía no soy lo bastante viejo como para no merendarte a ti también. De una punta a otra de esta ciudad hay gente que empieza a sudar sólo por escuchar mi nombre. Y tipos peligrosos, hablo de asesinos y traficantes, que se cambian de acera únicamente para no pasar cerca mía. Pero, ¿sabes qué? Yo los sigo viendo, y los vería aunque se escondieran bajo tierra como los gusanos o los muertos, porque esta es mi ciudad y yo me encargo de todo aquí. Por eso no puedo permitir que un canalla como tú me hable de esa forma. -Por última vez, mantenga la compostura y responda al fiscal, por favor.
Por Fernando Navarro Gontán.
Comentarios