Intuyo que los científicos irán desapareciendo. Es lo que suele pasar en estos casos, ya no sólo por la cercanía del asunto, sino también por sus personalidades demasiado racionales y por sus aptitudes… digamos que poco atléticas. La verdad es que estás cosas dejaron de preocuparme hace ya tiempo, creó que mi mujer renovó hace no mucho las reservas de comida y agua, pero tampoco creo que dure demasiado. La última vez apenas fueron un par de días, y se pasaron rápido entre partidas de parchís y películas de los noventa. Pero bueno, es el precio a pagar por tanto experimento. Si es que ya lo decía mi abuela, hay que dejar en paz a los muertos…
Por David García.
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