Puedo notar como mis latidos aumentan sin pausa, intento respirar pero el aire no entra en mis pulmones, intento moverme pero mis músculos no responden.
Estoy atrapado en mi propio cuerpo.
Comienzo a notar su frío aliento en mi nuca y un escalofrío recorre todos los rincones de mi piel haciendo que me encoja aún más
Estaba tan seguro de que este era un lugar seguro, pero ya no puedo fiarme ni de mi propia mente. Ni siquiera soy capaz de distinguir lo que es real y lo que no. Necesito comprobarlo.
Intento reunir la energía suficiente para mover el cuello y comprobar el espejo que había delante mía, pero no puedo. Es muy difícil encontrar energía cuando eres vulnerable, estás indefenso y te sientes inútil. Suelto un grito de impotencia, pero incluso generar un sonido es una tarea imposible en este momento.
Logró reunir suficiente energía para levantar la cabeza, miro al espejo y....
-¿Papá?-
Por David García.
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