La muerte está ligada a una serie de sentimientos que sería inútil intentar reflejar en estas palabras. Sobre todo tristeza y un poco de ira ahogada contra nada en concreto. Pero lo que él sintió al ver el cadáver fue miedo. Un miedo atroz atravesando cada centímetro de su piel y robándole el equilibrio. Estaba muerto frente a él sin ningún signo de lucha o accidente. Sus ojos abiertos y ni un solo rastro de sangre en las plumas. Un grito de terror salió de sus pulmones y se repitió por los estrechos túneles de la mina.
Por Fernando Navarro Gontán.
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